LOS VERDADEROS ENEMIGOS DEL MUNDIALISMO NO SON LOS ESTADOS SINO LAS ETNIAS
Mientras el mundialismo repugna las fronteras entre "naciones" (estados) y entre razas, los separatistas progres repugnan las fronteras entre razas, pero no entre "naciones" (estados) y los nacionalistas españolistas homogeneizadores repugnan las fronteras entre étnias hispánicas, pero no entre razas, ni entre "naciones" (estados).
Sin embargo, es la destrucción de las etnias lo que desestructura internamente a las razas, rompiendo con ello, entre otras cosas, el lazo social en sus cimientos y propiciando asi el individualismo e, indirectamente, la potencial mezcolanza con
razas exóticas, para, finalmente, despojar a las "naciones" de su razón de ser, la cual, sin embargo, debiera pasar necesariamente por la preservación de las etnias.
Aquí se ve como los jacobinos homogeneizadores constituyen el principio del mal.
En realidad, desde los partidos llamados patriotas, poco se puede hacer, precísamente porque ellos están situados, por así decirlo, en el "exterior", esto es, en "España"; se tiene que producir el despertar en el "interior", en el mismo seno de los nacionalismos periféricos, precísamente porque ellos tienen la perspectiva adecuada, que es la de la patria verdadera, que es la patria carnal o identitaria. Es en ellos donde se tiene que producir el cambio de valencia que transforme la visión sesgada y falsaria, progre o liberal, que hoy los neutraliza convirtiéndolos en meros antagonistas del nacionalismo españolista, en una perspectiva etnica transversal donde en verdad confluyan las tendencias falsamente antagónicas del izquierdismo y el derechismo, que suponen, en el fondo, el pilar de la división fundamental que escinde medularmente, a partir de la Revolución francesa, a la comunidades políticas que son las naciones.
Cuando se produzca esta transformación auténticamente revolucionaria será cuando se evidencie verdaderamente el camino a seguir y se disuelvan poco menos que como un azucarillo tanto el fenomeno del nacionalismo españolista homogeneizador caduco, como el absurdo de los nacionalismos separatistas no étnicos, que reclaman la patria "identitaria" desde el multiculturalismo y la mezcolanza racial masiva.
Es verdad que todo lo tenemos en contra, salvo a la naturaleza, cuyo impulso podemos seguir, ya que a dia de hoy se debate entre la vida y la muerte.
Mientras el mundialismo repugna las fronteras entre "naciones" (estados) y entre razas, los separatistas progres repugnan las fronteras entre razas, pero no entre "naciones" (estados) y los nacionalistas españolistas homogeneizadores repugnan las fronteras entre étnias hispánicas, pero no entre razas, ni entre "naciones" (estados).
Sin embargo, es la destrucción de las etnias lo que desestructura internamente a las razas, rompiendo con ello, entre otras cosas, el lazo social en sus cimientos y propiciando asi el individualismo e, indirectamente, la potencial mezcolanza con
razas exóticas, para, finalmente, despojar a las "naciones" de su razón de ser, la cual, sin embargo, debiera pasar necesariamente por la preservación de las etnias.
Aquí se ve como los jacobinos homogeneizadores constituyen el principio del mal.
En realidad, desde los partidos llamados patriotas, poco se puede hacer, precísamente porque ellos están situados, por así decirlo, en el "exterior", esto es, en "España"; se tiene que producir el despertar en el "interior", en el mismo seno de los nacionalismos periféricos, precísamente porque ellos tienen la perspectiva adecuada, que es la de la patria verdadera, que es la patria carnal o identitaria. Es en ellos donde se tiene que producir el cambio de valencia que transforme la visión sesgada y falsaria, progre o liberal, que hoy los neutraliza convirtiéndolos en meros antagonistas del nacionalismo españolista, en una perspectiva etnica transversal donde en verdad confluyan las tendencias falsamente antagónicas del izquierdismo y el derechismo, que suponen, en el fondo, el pilar de la división fundamental que escinde medularmente, a partir de la Revolución francesa, a la comunidades políticas que son las naciones.
Cuando se produzca esta transformación auténticamente revolucionaria será cuando se evidencie verdaderamente el camino a seguir y se disuelvan poco menos que como un azucarillo tanto el fenomeno del nacionalismo españolista homogeneizador caduco, como el absurdo de los nacionalismos separatistas no étnicos, que reclaman la patria "identitaria" desde el multiculturalismo y la mezcolanza racial masiva.
Es verdad que todo lo tenemos en contra, salvo a la naturaleza, cuyo impulso podemos seguir, ya que a dia de hoy se debate entre la vida y la muerte.
Comentarios
Publicar un comentario